Es la cara del hijo de puta que dijo :
viernes, 25 de febrero de 2011
Recuerden esta Cara
Es la cara del hijo de puta que dijo :
Siempre en nuestro corazón, Compañero
lunes, 21 de febrero de 2011
Miren que joyitas los de Ipsos Mora & Araujo
Estos hijos de puta (otra palabra no cabe) mandan a sus clientes el siguiente mensaje de año nuevo.
Manga de mal paridos como les duele que CFK está cada vez más cerca del 51%.
Borré algunos datos de envío del mismo así como su destinatario para que no se deduzca por quien fue enviado. Tags como "hijos de puta, desestabilizadores, golpistas, malparidos" quedan chicos para semejante manga de retrógrados.
Lean y saquen sus conclusiones.
From: Ipsos Mora y Araujo [mailto:morayaraujo@ipsos.com.
Sent: Lunes, 27 de Diciembre de 2010 XXXX x.x.
To: XXXXXXXXX
Subject: Situacion y Perspectiva Nro.57
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El chiste del día
Sacado del Página/12 de hoy. El maestro Aliverti da cátedra una vez más
A veces, sucede que los efectos de un hecho son mucho más importantes, o al menos más pedagógicos, que sus propias causas. Inclusive, puede ocurrir que el episodio sea, en lo potencial, de muy escasa trascendencia pública. Y que sus consecuencias lo transformen en algo tan inventado como rimbombante.
¿Alguien cree que el decomiso del avión militar estadounidense era o es un episodio capaz de despertar atracción masiva? Obvio que no. Pero los alcances periodísticos que tuvo conllevan una esencia muy valiosa, aunque, en principio, nada sorprendente. Por aquello de la (no) relación causa-efecto, carece ya de mayor sentido hurgar en cómo fue que se prendió el fósforo. ¿El Gobierno sobreactuó la medida para afirmar su verba antiimperialista? ¿Fue necesario el show mediático? ¿No era lo mismo proceder hacia idéntico fin pero con mayor reserva? ¿Acaso habríamos sido menos soberanos si se hubiese maniobrado con sigilo? ¿Es tan grave la carga no declarada de ese avión norteamericano? Cualquiera de esas preguntas, que a priori son o podrían ser legítimas, pasó a ser irrelevante al cotejárselas con la réplica barbárica de los medios de comunicación hegemónicos, sus periodistas más connotados y, desde ya, una mayoría de la oposición o, si se quiere, de los dirigentes opositores que hablaron del tema (sólo el hijo de Alfonsín resaltó al procedimiento como de pleno derecho, y hubo un resto que se llamó a silencio). Para subrayar, por las dudas: esos interrogantes, en realidad, nunca fueron el objeto analítico prioritario, sino que obraron como subordinados al espanto causado entre el cipayaje por –al fin y al cabo– un mero incidente diplomático con los Estados Unidos. Con excepción del odio de clase, el racismo, el sentimiento de venganza y las barbaridades que se dijeron cuando el conflicto con los campestres, es difícil recordar un hecho a través del cual se haya manifestado, con tanta brutalidad e ignorancia, el espíritu y el estilo de quienes conforman, desde los medios, un soporte clave de la mentalidad vasalla.
Cabezas de portadas, informativos de radio y televisión, columnas centrales, entrevistas, machacando con la “perplejidad y preocupación” de los Estados Unidos por la “improcedencia” de haber amedrentado al personal del avión. Ex embajadores con amplia concesión de espacio, absortos por haber colocado a Washington en un “banco de acusados” (Juan Archibaldo Lanús). Y por estas acciones que “nos condenan a la intrascendencia” en la que en verdad ya estaríamos, porque “ningún líder de nación políticamente gravitante (...) ha aterrizado en estas playas” (Rodolfo Gil). Amateurs impunes que hablaron de la inmunidad que proveen las “valijas diplomáticas”: una licencia que no tiene absolutamente nada que ver con el decomiso de un avión de carga. Los disparates interpretativos, sin un solo dato de sostén, bajo aseveración de que se ejercitó una represalia contra Obama por no incluir a la Argentina en su próxima gira. La impudicia de sugerir que si tampoco viene el jefe del Fondo Monetario por algo será. La amenaza de que la Casa Blanca borre al país de su status de aliado extra OTAN, brindado gracias al alineamiento incondicional de Menem con la política exterior de los republicanos... Qué asco.
Correspondería revisar si esta embestida mugrienta de los medios y sus ordenanzas no tiene nada de insólito, desde el entendimiento de que, después de todo, es la expresión de una tilinguería tan reaccionaria como ancestral. Porque, tal vez, nos encontremos con una segunda lección, o ratificación, de lo motivado por el caso del avión yanqui. No hay la más mínima duda en torno de que piensan efectivamente así, pero, ¿no debería haberla acerca de lo obnubilados que están respecto de la temperatura popular? ¿No advierten que su grosería genera un resultado inverso al que buscan? El Gobierno les provoca arcadas, es cierto, quizá más por el despliegue de su discurso confrontativo que por una grave afectación de sus intereses. Ahora bien: ¿tanto como para enceguecerlos de esta manera? ¿Tanto como para que extravíen así la necesidad de una táctica de enfrentamiento menos guaranga, vistos los resultas que obtienen? ¿No los alertaron en absoluto la masividad de los festejos por el Bicentenario, la del funeral de Kirchner, la unanimidad de las encuestas que encargan ellos mismos y que muestran a Cristina en posición de clara favorita? Como el firmante se resiste a creer que puedan despistarse de semejante forma, aunque tampoco lo descarta, termina cayendo en la cuenta de que, perdidos por perdidos siquiera en lo coyuntural, resuelven persistir en fugar hacia delante. En redoblar la postura de choque. Sería probable que estén imitando a los propios K, que en la más dramática de sus instancias apostaron a profundizar las grandes líneas de enfrentamiento con bloques de poder específicos. Y les fue bien, o les va bien.
Hay esa palabra, cipayos. Es de origen persa y la primera vez que se la citó, en el Diccionario de la Real Academia Española, aludía a “soldado indio”, en 1869. Pero unos años después, la definición se ensanchó a “soldado indio al servicio de una potencia europea”. Una segunda acepción es “secuaz a sueldo”. El profesor venezolano Alexis Márquez Rodríguez señala que la connotación peyorativa de la palabra comenzó a usarse, al parecer, en Cuba y Puerto Rico, cuando aún eran colonias españolas y se empleaba para designar al criollo que se alistaba en el ejército colonial. Aquí, ya se sabe, la popularizó Arturo Jauretche a través de su Manual de Zonceras, que lista las ideas negativas de los argentinos sobre su propio país. El escritor mantenía que esos preceptos eran introducidos en la conciencia ciudadana desde la educación primaria, y ya marcaba que después se sostenían a través de la prensa. Un postulado conocido por todo aquel que disponga de inquietudes intelectuales básicas. Sin que pierda valor, ninguna vez.
Puede que la furia cipaya sea sencillamente eso, en lugar de una apuesta política, meditada, a favor de acentuar los topetazos. Puede que no puedan con sus raíces clasistas o adquiridas, y listo. Si es eso les cabe una extensión, ahondada, de la legendaria sentencia borgeana acerca de que los peronistas no son ni buenos ni malos sino incorregibles. Porque, dada por eficaz la provocación, ellos, la clase dominante argentina y –hoy más que nunca– sus puntas de lanza mediáticos, portan una incorregibilidad más emperrada todavía. El peronismo fluctuó históricamente a derecha e izquierda, y en su nombre se crió mucho de lo mejor y lo peor de este país. Pero estos garcas no oscilaron nunca. Jamás dejaron de ser escribanos de los imperios de turno, jamás tuvieron una fisonomía patriótica, jamás se plantearon a dónde condujo su pusilanimidad. Son los tipos de las relaciones carnales y en una de esas, como ya se expresara en esta columna hace unas pocas semanas, el tiempo les da la razón a caballo de esa significativa porción de la sociedad que tiene su misma escala de valores. De esa gente que toda la vida miró hacia afuera no para ampliar sus miras de pensamiento crítico, sino por la comodidad cobarde del presunto amparo bajo el sol. Esos frívolos acaban de dar otra muestra de sí.
A veces su símbolo es un helicóptero. A veces un avión.
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Hace un tiempo recuperé el término cipayo para ilustrar a esta caterva de impresentables, pero el maestro Aliverti le dió un nuevo sonido con esta gran nota, esas que quedan para ponerlas en un marquito y mostrársela a los nietos. Salud, Maestro
jueves, 10 de febrero de 2011
CADA VOTO CUENTA
- Vayamos con hechos a la discusión, sea en el almacén, el club, el trabajo o la ronda de amigos. El voto hay que pelearlo:mostrar que enfrente no solo hay la nada misma sino que este gobierno tiene muchísimo más para dar.
- Convencer a los que han sido vendados por la Corporación Mediática, correrles el velo y mostrarles lo que hemos avanzado, ha sido esfuerzo de todos.
- Que ya pasaron casi diez años del 2001 y que el país es otro, más justo, más inclusivo, más soberano.
- Explicar los avances en los derechos por la diversidad, educación, infancia.
- La vigencia total de los Derechos Humanos como política de Estado.
- Las 1000 escuelas hechas y las 700 que se están realizando.
- El matrimonio para todos.
- La derogación del punto final y la obediencia debida.
- Las paritarias en situación de igualdad.
- La ley de Servicios de Comunicación Audivisual.
- Una Corte Suprema de Lujo.
- Las mejores relaciones exteriores que este país recuerde.
- Crecimiento aún en los momentos más adversos.
- Acceso a la Jubilación y aumentos asegurados por ley.
- Asignación universal por hijo que aseguró en su 1°año de implementación, 25% más de escolaridad.
- Plan Conectar Igualdad que está terminando con la brecha tecnológica.
- Empresas que se recuperan y comienzan a producir para el mercado interno y externo.
- Récords históricos de producción en la industria (alimentación, automotriz, etc,)
lunes, 7 de febrero de 2011
Santa Teresita también es Nacional & Popular
domingo, 6 de febrero de 2011
Sobre la Ilegalidad y la codicia.
La Nación y el trabajo esclavo: Mi respuesta a la mentira publicada
Trabajo esclavo: más mentiras intencionadas
Las recientes e infundadas denuncias constituyen otra muestra de la agresión del gobierno nacional contra el campo
Si estas denuncias no fueran verdad, ustedes tendrían en primera plana la desmentida, con fotos y titulares tamaño catástrofe. Ya que no tiene esas pruebas, al menos tengan el decoro de no ensuciar a aquellos trabajadores del Ministerio que constataron estas atrocidades y no seguir humillando a aquellos que lo han sido durante tanto tiempo por los lectores a los cuales ustedes consideran su público.
En haras de la verdadera libertad de prensa y expresión (que comienza por informar en forma veraz e imparcial) hagan un mea culpa y revisen lo actuado, no pido en los últimos 100 años, solo limítense a las últimas semanas.
Mil Gracias
Rodrigo Mas
22.278.269
www.bastadepensamientounico.blogspot.com