Ya lo he dicho un par de veces: cada voto cuenta. Demos la batalla del debate en cada parada de colectivo, en cada oficina, en cada universidad, en cada fábrica en la cola del súper o de la verdulería. Mostremos que se hizo y que nos dejaron de herencia. Y si no basta, mostremos que, detrás del cotillón de Kermesse berreta, no hay nada.
Porque no se atrevieron a confrontar por las nacionales, pero se creen los campeones morales. Mostremos que sus límites se corren (Porque ya lo dijo el gran Marx -Groucho, por supuesto-: estos son mis principios, pero si no les gustan tengo otros) y Alfonsito se alió con el amigo del rey de la efedrina y llamó a votar por el niño holgazán y se congratuló del triunfo con servador en la capital. El otro, pese a que su candidato sacó menos del 1%, festeja como una victoria que la Capital se haya vuelto aún más intolerante con sus habitantes ( y lo que es peor, por el voto popular. No coincido con Fito, a mi lo sucedido me da pena). O la mesiánica que aunque su candidata sacó el 3% y dilapidó todo su capital intelectual enmenos de un lustro, se congratula que el 72% le dijo no a la presidenta en una elección donde no se jugaban cargos nacionales.
Nobleza obliga: Nos sopapearon en Santa Fé. Terceros cómodos y calentitos(la lección dice no confíes en gente que ve cosas y luego no quiere decir que vio) y la repetición aumentada del 2007 nos hace replantearnos estrategias, tal vez no comunicacionales, pero si de logística. Un candidato trabaja desde ayer a la mañana hasta el 2015 en el llano y con la gente, si queremos ganarle al no te metás de la clase media, que seguirá sin importarle el bienestar general, siempre y cuando no toquen su culo (ombliguismo le digo yo) y al punterismo pedorro de otrora peronistas con base en el sur capitalino.
Hoy seguimos siendo banca, pero si no asumimos actitud de punto, todo lo realizado no servirá para nada. Hoy más que nunca debemos redoblar la apuesta y salir a alcanzar corazones, contarles que, si esto se hizo en solo siete años, pensemos en lo que podemos en cuatro más y si Dios quiere, con una oposición/corporación mediática abatida por la contundencia del peso de los votos. No hagamos matemática, si este es el porcentaje que nos conviene o si los votos son cruzados. Salgamos a la calle a hacer lo que mejor nos sale: Militar por un país mejor!
Viva Perón, Carajo. Vamos Cristina por mucho más!
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