Con todo lo que nos ha pasado en los últimos días no he notado que el seis de abril de 2009, comenzó la segunda etapa de esta aventura periodística: La de salir a contarle a todo aquel que lo buscara, que había una realidad que no nos estaban contando. Una realidad que no había que rascar demasiado par que se haga notoria y evidente. Una realidad que, deliberadamente, nos estaban ocultando. Una realidad que afectaba grandes intereses económicos y políticos.
Salir a hablar de eso nos costó muchos dolores de cabeza. Nos costó amistades y peleas con amigos de amigos y mucha gente más. Tuvimos que adoptar, muchas veces, una postura inflexible. Porque teníamos claro que si aflojabamos, ellos nos volvían a sumergir en sus mentiras, en sus miserias y en su decadencia. Y allí nos jugabamos por última vez el país. Al revés de los compañeros que empuñaron las armas en los setenta, la nuestra es una batalla cultural. Se da a toda hora y en todos los lugares. Es por eso que es desgastante. Porque ellos cuentan con que alguna vez, aflojemos. Porque creen que el dinero mal habido que -por décadas- han gastado en comprar conciencias, nos puede afectar. Pero desconocen que, nosotros, tenemos el arma más poderosa, que es el voz y el amor del pueblo. Es la que nos da fuerzas para continuar la pelea cada día. Es la felicidad de un pueblo que, con sacrificio se supera día a día, mostrandonos que el horizonte no está tan lejos la que renueva nuestro compromiso. Y Allí continuaremos hasta lograr el destino de grandeza con que los libertadores soñaron.
Nos ha tocado un lugar donde el colectivo es más importante que las singularidades. Sigamos honrando la frase de Eva Perón, ya que no se trata de honores sino de continuar la lucha.
El primer post de esta etapa cerraba con esta frase: "Estaría bueno ponernos a reflexionar si somos participantes en este debate ideológico sobre la seguridad o somos meros idiotas útiles al servicio de un gran pulpo que intenta condicionar el pensamiento general."
Llame este blog Basta de Pensamiento único porque ese era el grito que necesitabamos que se escuchara. Hoy ha pasado mucha agua bajo el puente: perder elecciones, dar batalla y militar las calles, ley de medios, matrimonio igualiario, ley de tierras, AUH, Conectar igualdad y 17000 escuelas. También supimos perder al mejor de nosotros en el camino. Pero su sacrificio nos marcó: de ahí, nunca menos. Y con las convicciones reforzadas y con las sensaciones a flor de piel, construimos una victoria electoral memorable.
Hoy estamos obligados por esta victoria. Y de allí continuaremos soñando los sueños que aún no se concretaron. Hoy nos tocá dejar de soñar una YPF nuevamente estatal y verla como una hermosa realidad. Sigamos soñando sueños de justicia social que, al paso que vamos, no tendremos que soñarlas para nuestros hijos, serán una hermosa realidad en nuestro futuro cercano.
Quiero agradecer a mi esposa que, con su paciencia, ha sabido soportar a un marido implacable en la defensa del modelo ( a veces muy plomo y aburrido). También quiero agradecer a mi hija, por quien la lucha nunca es poca, mostrarme que, si el futuro es el que miro cada vez que me levanto, es que estamos bien encaminados.
Gracias por estar y gracias por seguir en la lucha. Viva Perón, carajo!
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